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Mi aventura en Cuatro Ciénegas viajando sin señal (parte 2)

  • Foto del escritor: Carmen Escorcia
    Carmen Escorcia
  • 18 jul 2017
  • 3 Min. de lectura

Viajar sol@ es todo un arte que alguna ocasión debes intentar, te retas a ti mism@ a dominar tu miedo a andar en lo desconocido y más si pierdes señal a partir de cierta parte del camino. En una ocasión pasada donde me aventure en otro pueblo mágico de Coahuila, tenía cierta noción de que en algún punto del trayecto mi celular quedaría reducido a una linda cámara para capturar lo que mis ojos guardarían en mis recuerdos y los cuales me gustaría compartir; sin embargo del dicho al hecho como dicen hay mucho trecho, así que cuando pase Parras y mi celular marcaba ciertos kilómetros los cuales el GPS consideraba cerca de cuarenta minutos para llegar a Cuatro Ciénegas y pasado de ese tiempo el bus seguía andando sin haber yo arribado a destino comencé a sentirme nerviosa.

A falta de GPS, no me quedo de otra más que girarme intentando mostrarme lo más segura posible para preguntarle a un señor de edad avanzada si aún faltaba mucho para Cuatro Ciénegas y obtener para mi tranquilidad como respuesta "todavía no señorita"; agradeciendo la respuesta me gire para soltar aire, no me había pasado de mi destino, ahora sólo quedaba estar atenta porque a falta de tecnología tenía que entrar mis instintos básicos, porque en el camino había descubierto que el bus donde iba realizaba un sin fin de paradas en varios pueblitos sin siquiera mencionar cual era.

Manteniendo aplomo y los ojos muy abiertos, por fin una parada más en una pequeña estación que resulto ser Cuatro Ciénegas, me apresure a bajarme del bus porque ya me había dado cuenta que las pausas realizadas eran cortas, pedí mi maleta y vi a ambos lados de la larga calle que se extendía frente a mi totalmente solitaria, ni un solo rastro de algún tipo de transporte; así que toco preguntar referencias para llegar al Hotel Plaza y andar todo el camino hasta el centro arrastrando mi diminuta maleta, repitiéndome la importancia de algún día poder aprender a viajar ligero porque por muchas rueditas que tuviera arrastrar 15 kilos que marco en la pesa del avión tras unas calles cansó.

Tras dar unas vueltas y aplicar los principios de orientación por fin di con el hotel, pequeño y

pintoresco, donde la recepcionista me recibió con gran amabilidad tras lo cual estuve instalada en una confortable habitación.

Para mi primer día de estancia, el tour contratado sólo sugeriría visitar el centro el cual estaba a un costado del hotel, así que pase una tarde agradable observando como la gente ahí disfrutaba de estar sentada en una banca donde soplaba el aire fresco sin las prisas que nosotros llevamos todo el tiempo en la ciudad.

El día me lo hizo una rica nieve de un pequeño localito que encontré y más el hecho de disfrutar sin estar atenta al celular, olvidándome realmente del trabajo, después de todo viajar sin señal es lo mejor que me pudo pasar, deje de estar atenta del mail para disfrutar lo que este pueblo mágico tenía que ofrecerme con sus paisajes y su gastronomía.

Así que mi consejo en este día 4 del proyecto de 100 días creando sería de vez en cuando quitemos la señal a nuestro celular, dejemos de estar "conectados" con lo virtual para hacer conexión con la realidad.


 
 
 

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