Mi aventura en Cuatrociénegas (primera parte)
- Carmen Escorcia
- 17 jul 2017
- 3 Min. de lectura

Este pueblito mágico ubicado en el estado de Coahuila apareció en mi radar desde hace como dos años, donde vi una publicación en una revista y en fechas recientes frecuentemente veía artículos sobre los diferentes atractivos que se pueden encontrar aquí.
La oportunidad de conocerlo llego, acompañado de una invitación a la boda de mi mejor amiga que se casaba en Monterrey y como es habitual trate de maximizar la inversión del boleto de avión; así que no sólo iba a una boda, también aprovecharía la cercanía para conocer un destino de los que voy anotando en mi lista de deseos.
Un excelente tip que todo viajero aprende con los viajes es que si uno compra el boleto con mayor antelación el precio es menor, aunque el día del vuelo siempre le pueden hacer cambios de último momento de horario.
El siguiente punto a buscar fue el hotel donde me hospedaría, tras revisar varias opciones en diferentes buscadores y leer las opiniones publicadas, me decidí a pedir informes en dos hoteles eligiendo tras ver las propuestas enviadas el Hotel Plaza.
Un tip que les puedo dar a la hora de seleccionar un hotel es que este se encuentre en el centro del lugar al que se vaya para de esta forma facilitar el desplazamiento a los puntos de interés que normalmente se ubican en esa zona, sobretodo sino se viaja con automóvil.
El segundo aspecto que yo tomo en cuenta es lo que incluye o no la tarifa enviada, en el caso de este viaje el Hotel Plaza me envío paquetes donde se contemplaba hospedaje, el desayuno y además dos opciones de tours, y lo mejor de todo no tenían restricciones de que sólo funcionaban en fin de semana y más aún se adecuaban a que sólo era para una persona; de pronto resulta un poco frustrante que en nuestro país la oferta turística se centre únicamente a ofrecer servicios para fines de semana y temporadas de vacaciones olvidándose que hay personas como yo que nuestras vacaciones por nuestro trabajo las tomamos fuera de estos esquemas y más aún que vamos en solitario.
Con el avión y hotel mi siguiente punto a cubrir era como trasladarme de Monterrey a Cuatrociénegas, en un inicio había visto que existía un autobús directo, sin embargo los horarios no se adecuaban a mis necesidades de viaje, el de ida salía casi cerca de media noche y el de regreso a las seis de la mañana.
En este momento comencé a preocuparme dado que ya tenía más del 70% listo del viaje, pero para como todo en esta vida si uno busca encuentra el camino a Roma, así que la solución fue ver donde hacía escalas el autobús y así fue como logre descifrar que para llegar a mi pueblito mágico debería ir a Monclova para de ahí tomar el bus a Cuatrociénegas.
Solucionada toda la parte de planeación previa, quedo sólo esperar el inicio de mi aventura que fue un martes, donde por primera ocasión logre empacar dejando un espacio pertinente para poder guardar los souvenirs del viaje aunque debo reconocer que tengo todavía que trabajar con eso de viajar ligero.
Arribe a la Ciudad de Monterrey que me dio una muy calurosa bienvenida donde hice el tour por uno de sus centros comerciales de antaño, porque me hacían falta algunas cosas para al día siguiente salir sin demora a mi aventura.
Mañana no se pierdan la siguiente parte de mi aventura, por hoy queda cerrado mi tercer día del reto #100diasmujerholistica.
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